Significado de la expresión
Después del confinamiento por la COVID, iniciando la «nueva normalidad», decidí ir a un restaurante del centro de Madrid al cual llevaba años sin ir. Mi sorpresa fue cuando llegué al lugar en cuestión y estaba cerrado, pero no por ser día festivo, ni por descanso, ni por obras… no no, «cerrado a cal y canto».
Este es un ejemplo de esta expresión que utilizamos cuando queremos decir que algo está muy bien cerrado o sellado, de manera inaccesible, que no permita abrir, entrar o salir.
Cuando no podemos abrir el tapón de una botella, o la tapa de un frasco, que parece que está cerrada a traición, a veces oímos a alguien decir que está cerrada a cal y canto. Pero esta expresión se suele utilizar más bien para referirse a alguna puerta de un local, de una vivienda, o de grandes edificaciones…
La cal, según el diccionario de la RAE, es una sustancia alcalina compuesta por óxido de calcio, es de color blanco, y se usa mucho en la construcción para fortalecer las fachadas, entre otras cosas.
Un canto, según el diccionario de la RAE y dentro del contexto al que nos referimos, es un trozo de piedra, o la cara media de un sillar o ladrillo.
Origen de la expresión
Desde hace bastante tiempo, en muchos lugares se lleva a cabo una práctica, sobre todo en los pueblos: cuando la gente iba a dejar su casa durante un largo período de tiempo tapiaban las puertas y ventanas para evitar que entrasen cualquier tipo de intrusos hasta que el propietario volviese a la vivienda.
Para tapiarlas se utilizaban piedras, losas, ladrillos, sillares, cantos… y como adhesivo para compactar se usaba una pasta hecha de cal. De ahí que se diga que algo está cerrado a cal y canto.