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Acabar como el Rosario de la Aurora

Es otra de las frases hechas que utilizamos a menudo cuando nos referimos a un suceso o a un hecho que pensamos que terminará con algún altercado. “La reunión de vecinos acabó como el rosario de la Aurora”, la manifestación de esta tarde va a acabar como el rosario de la Aurora”.

El origen de la expresión viene de una tradición que comenzó en el siglo XVII en algunos pueblos de Andalucía. Grupos de personas empezaron a hacer procesiones por la calle, rezando un rosario de madrugada justo antes del amanecer (aurora), con faroles, música e imágenes de la Virgen.
En el siglo XVIII llegaron a coincidir en el momento de la aurora hasta tres y cuatro rosarios en la misma calle, lo que llevó a las autoridades eclesiásticas a tener que prohibir los rosarios organizados por personas de manera espontánea. A esto debemos añadirle los quintos del pueblo, que trasnochados y beodos se encontraban con estas procesiones en las calles a esas horas y estas acababan en más de una trifulca.
La proliferación de estos rezos por las calles comenzó a provocar altercados y desórdenes públicos, por eso se empezó a utilizar esta expresión.

Es bastante común la fuerte rivalidad que ha existido a lo largo de la historia entre hermandades en numerosas localidades de Andalucía.

La RAE define el término como desbandarse descompuesta y tumultuariamente los asistentes a una reunión, por falta de acuerdo.

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