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Dequeísmo

Se llama así al uso incorrecto de la preposición de delante de una subordinada completiva introducida por la conjunción que, cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado: “Es posible de que llueva mañana. Me alegra de que seáis felices. Me dijeron de que se iban a cambiar de casa. He oído de que te casas. Mi intención es de que todos compartamos este momento. A no ser de que llegue antes. A medida de que pasa el tiempo. Una vez de que todo termine. Insistió de que fuese con ella. Me fijé de que llevaba los pantalones sucios.”

Algunos verbos que se usan en forma pronominal como alegrarse, preocuparse… sí exigen un complemento después de la preposición de: “Me alegro de que seáis felices. Me preocuparé de que no os falte de nada”.

Con los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar se puede poner o no: Advertir algo (a alguien), y advertir de algo; avisar algo (a alguien) y avisar de algo; cuidar algo (o a alguien) y cuidar de algo o de alguien; dudar algo y dudar de algo; informar algo a alguien e informar de algo a alguien. Por tanto en estos casos el de que no es obligatorio.

Un truco para salir de dudas es transformar el enunciado dudoso en interrogativo: “¿De qué se preocupa? se preocupa de que / ¿Qué le preocupa? le preocupa que / Está seguro de que ¿de qué está seguro? / Opina que ¿qué opina? / ¿De qué informó el profesor? El profesor informó de que”.
Por eso si dices “mi madre me dijo de que me llevara la comida en una tartera” pregúntate si está bien dicho “¿de qué me dijo mi madre?”.

Otro aspecto que hay que aclarar es el queísmo: supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado. Los verbos pronominales se construyen con complemento de régimen: acordarse de algo, alegrarse de algo, arrepentirse de algo, olvidarse de algo…
Por lo tanto el uso es incorrecto en los siguientes casos: “Me alegro que hayáis venido, me olvidé que tenía que llamarte, se acordó que tenía que llegar antes”. En estos casos hay que utilizar el de que.
Otros ejemplos de queísmo: “Insistió que nos quedásemos a cenar, iré con la condición que vayáis a recogerme, estoy seguro que acertaré, estoy convencido que llegarás lejos, a pesar que, a condición que, en caso que, hasta el punto que, no cabe duda que, no cabe duda que, cayó en la cuenta que, nos dimos cuenta que.