Esta frase se dice cuando nos referimos a la dificultad de haber conseguido un objetivo muy difícil, «al final se ha llevado el gato al agua», también se refiere al que sale victorioso de una disputa.
El origen viene de un antiguo juego de origen romano que consistía en dos equipos de una o más personas tirando de una soga por sus extremos, y en el medio un charco lleno de lodo, el equipo vencedor conseguía llevar al lodo al contrincante a gatas a base de tirar de la soga.
¿Pero qué tiene que ver con los gatos?, pues los gatos son animales que, por lo general, no suele gustarles mucho el agua y se resisten a mojarse. Paralelamente es la resistencia que ofrecen los equipos en el juego a caer al charco lleno de lodo.