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Para lo que me queda en el convento…

Significado de la expresión

para lo que me queda en el convento

Cuántas veces no hemos dicho eso de “total, para lo que me queda en el convento…”, para hacer alusión a que para lo poco que nos queda en un sitio ya no tenemos que avergonzarnos de nada, ni andar con tapujos, ni escondernos ni nos importan las consecuencias de nuestras acciones porque no nos van a afectar. Es decir, para el tiempo que me queda en este sitio ya me da igual todo porque me voy o me van a echar.

Cuando llevas cierto tiempo en una empresa, en una oficina, en un vecindario, en un gimnasio o en cualquier tipo de organización y sabes que te queda poco tiempo para continuar en ese lugar, si no podías decir o hacer ciertas cosas por miedo a posibles consecuencias negativas, es el momento idóneo para relajarte o desahogarte, en ese momento dices: “para lo que me queda en el convento me cago dentro”, pero al ser una expresión tan grosera, normalmente lo acortamos diciendo “para lo que me queda en el convento…”

Ejemplos
A partir de ahora no pienso hacer su trabajo, para lo que me queda en el convento...
Yo que tú le diría a la jefa que no vas a echar ni una hora más, total, para lo que te queda en el convento...
Con 82 años le han detectado un cáncer y sigue fumando, dice que para lo que le queda en el convento...

Origen de la expresión

pa lo que me queda en el convento

Se desconoce la autoría de tal expresión, pero cabe explicar que la vida dentro del convento no la soporta cualquiera, hay unas normas muy estrictas y adaptarse a ese estilo de vida puede resultar imposible para muchas personas, y de hecho, muchas de ellas se han acabado saliendo y otras han sido expulsadas por comportamientos deshonestos. Posiblemente esta frase se dijera por primera vez en una situación de este estilo.

El diccionario de la RAE nos dice que un convento es una casa donde viven en comunidad monjes o monjas de una orden religiosa.

Desconozco si esta expresión viene incluida en algún clásico de la literatura, pero no sería de extrañar, siendo habitual la vida en los conventos a partir del siglo XIII.

Esta expresión se debió extrapolar en su día del mundo monacal al resto de situaciones y actualmente la utilizamos bastante a menudo.

Si quieres ver un video sobre esta expresión en tono de humor pincha en este enlace para ver una parodia de José Mota.