Significado de la expresión
Tirarse el pisto, darse el pisto o darse pisto (este último reconocido por la RAE, aunque yo es el que menos he oído) son expresiones que utilizamos en la lengua castellana cuando alguien se está dando demasiada importancia, fanfarroneando de sus méritos con un comportamiento vanidoso y engreído.
Ejemplos:
«No había estudiado mucho para ese examen, no tenía ni idea de lo que había que hacer ni decir en algunos ejercicios, pero me he tirado el pisto y creo que con un poco de suerte aprobaré.»
«Nuestro compañero siempre está tirándose el pisto de que sabe hacer de todo, pero luego nos llama para preguntarnos cómo lo hacemos los demás porque a él no le sale.»
Origen de la expresión
El origen de estas expresiones lo encontramos en la elaboración del pisto.
El pisto es un plato de la cocina tradicional española original de la zona de La Mancha (pisto manchego) que debe su nombre a la palabra de origen latino «pistare» (machacar algo y sacarle el jugo).
Este plato se puede comer frío o caliente, con huevo frito o sin él, y es un plato de campesinos elaborado con productos de la huerta de temporada hecho de pimientos verdes y tomates, aunque con el tiempo y dependiendo de la zona geográfica se suele añadir cebolla, ajo, calabacín, pimientos rojos… se cortan las verduras en dados y se van añadiendo a una sartén al fuego pochándose con aceite de oliva. Este plato tiene sus raíces en la gastronomía bereber en el norte de África.
Pero para relacionar el pisto con esta expresión nos tenemos que remontar muchos más años atrás, cuando el pisto no era un plato de campesinos, sino más bien al contrario.
El primer pisto (de «pistus», machacado), consistía en mezclar diferentes carnes machacadas con sus jugos, y esto solo podían permitírselo los más pudientes.
En conclusión, el coste y la elaboración de este plato era tal, que «darse pisto» era atribuirse un mérito y un lujo que pocos podían concederse como premio.