Significado de la expresión
Conocemos esta expresión utilizada vulgarmente para referirse al acto sexual.
La RAE lo define en una de sus acepciones como «coito».
Origen de la expresión
En las reuniones burguesas y aristocráticas del siglo XVIII y XIX era común el consumo de rapé o polvo sevillano, que era un polvo de tabaco que se esnifaba en lugar de fumarse.
Puesto que esnifar este producto provocaba toses y estornudos, lo normal era que se retirasen para esnifar este polvo o echarse unos polvos en la nariz.
Pronto pasó a utilizarse de excusa para ausentarse de las reuniones con el fin de tener otro tipo de reuniones rápidas con amantes.
Cuando alguien preguntaba por el caballero ausente, alguien respondía que se había ido a «echar un polvo».
Por otra parte y a modo de reflexión, las mujeres que asistían a esas reuniones de la aristocracia y la burguesía en la misma época, también se ausentaban de las reuniones para echarse unos polvos tanto en la cara como en el pelo.
Tenían la costumbre de empolvarse los cabellos con harina de arroz para lograr un tono grisáceo. Además, el maquillaje de la cara les empalidecía el rostro y con ello podían alcanzar el ideal de belleza al cual aspiraban.
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