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El bálsamo de Fierabrás

¿Cuándo se dice?

Bálsamo de Fierabrás

Algo que se presenta o se anuncia como el «bálsamo de Fierabrás» es el remedio a cualquier problema, la solución de todo mal.

Es una expresión que se utiliza de manera sarcástica contra esas personas que parecen ser o tener el remedio perfecto para un mal irremediable, difícilmente reparable o incluso llegan a inventarse que hay algo que ataviar y tienen la solución perfecta.

Esta gente que te vende la moto, fanfarroneando de ser ell@s quienes tienen la solución chascando los dedos… se dice que tienen el bálsamo de fierabrás, es decir, el secreto que solucionará los problemas.

 

¿Cuál es su origen?

el bálsamo de fierabrás

Miguel de Cervantes era hijo de médico cirujano y tenía conocimientos de medicina, además de conocer numerosos remedios terapéuticos por medio de las plantas, y así quedó reflejado en algunas de sus obras.

De esta manera, en su obra maestra El Quijote, recurre a estos preparados de botica, entre ellos, el conocido y eficaz bálsamo de Fierabrás.

El bálsamo es un medicamento que se extiende sobre la piel (por ejemplo el bálsamo de tigre), pero el de Fierabrás debía ser ingerido.

Este remedio mágico presentado por el autor en esta obra de literatura caballeresca medieval incluye este remedio compuesto por aceite, vino, romero y sal mezclados de determinada manera, puestos a cocer en una olla un determinado tiempo y guardando el elixir en una aceitera de hojalata. 

Pero además, para que el remedio fuese eficaz, había que rezar sobre este bálsamo más de ochenta padrenuestros, avemarías, salves y credos, marcando con una cruz cada palabra como bendición.

El protagonista del libro, Don Alonso Quijano le explica a su escudero Sancho Panza: «Si en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo, solo será preciso juntar cuidadosamente las dos mitades antes que la sangre se coagule. Me darás de beber sólo dos tragos del bálsamo y verasme quedar más sano que una manzana».

Origen de Fierabrás

el bálsamo de fierabrás

En la literatura francesa caballeresca de la época (siglo XVI), Fier-a-bras, en castellano «el brazo feroz», era un gigante sarraceno que portaba en su caballo dos barriles de bálsamo sustraídos en Jerusalén nada menos que de uno de los sepultureros de Jesús. 

Durante un combate, Fier-a-bras perdió los barriles y los encontró uno de sus enemigos, que tras probar el bálsamo sus heridas mortales se curaron milagrosamente.

Esta obra fue traducida al castellano y popularizada en aquella época e influyó directamente en nuestra novela caballeresca a través de la pluma de Miguel de Cervantes.

bálsamo de fierabrás

El grupo de música madrileño Mago de Oz tiene una canción (pincha aquí si quieres escucharla) que hace referencia a este bálsamo en su álbum de 1998 La Leyenda de la Mancha.