Significado de la expresión
Cuando vemos que algo no tiene remedio, cuando algo es imposible, o alguien no da «su brazo a torcer» y no hay manera de hacerle cambiar de opinión, si no hay manera de modificar algo que nos gustaría cambiar y dejamos de tener esperanza, al no conseguir lo que queremos o no poder evitar lo que tememos, puede llegar a generarnos algún tipo de frustración, y es entonces cuando decimos esta frase desde la indignación: «no hay tu tía».
Aunque la RAE recomienda escribir juntas las últimas palabras: «no hay tutía», se puede escribir de las dos maneras.
Origen de la expresión
Etimológicamente la Atutía viene del árabe hispánico attutíyya, este del árabe clásico tutiya, y este del sánscrito tuttha.
Se trata del resultado del óxido de cinc impurificado con otras sales metálicas que forma una costra dura y grisácea que se adhiere a conductos de salida de hornos que trabajan con minerales de cinc o fabrican latón (aleación de cobre y cinc).
Antiguamente la gente acudía a lo que ahora conocemos como farmacias (boticas) y era muy común pedir atutía, un ungüento medicinal de origen árabe elaborado con hollín de óxido de cinc y solía destinarse a enfermedades oculares y otros males. Cuando el boticario se quedaba sin existencias y decía «no hay atutía» era cuando se generaba esa desesperación o dificultad por encontrar el medicamento.
La palabra atutía evolucionó perdiendo la a inicial, quedándose en «tutía».
Ejemplo
Parece que le hubiese pasado un camión por encima a esta bicicleta, he intentado arreglarla, pero no hay tu tía, tendré que conseguir otra bici.
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