Salir rana

Las cosas pueden salir bien, pueden salir mal, regular, o de aquella manera. Pero cuando nos referimos a salir rana… eso es otro cantar, y es que cuando algo nos ha salido rana nos sentimos defraudados, traicionados, molestos…

¿En cuántas ocasiones nos ha pasado (y nos seguirá pasando) que nos hemos generado unas expectativas sobre algo o alguien y finalmente nos acabamos sintiendo desengañados o desilusionados porque no nos esperábamos ese resultado negativo en un principio.

Ejemplos:

Le alquilaron la vivienda a un tipo recomendado por amigos, por el jefe del trabajo de este, y acabó saliendo rana.  

Ese coche le ha salido rana, después de contrastar cientos de opiniones y habiendo recibido buenas recomendaciones, se lo ha comprado y en menos de un mes ya ha tenido que llevarlo varias veces al taller por fallos.

Me he comprado unas deportivas de 200 euros para hacer running y me han salido rana. Se le ha despegado la suela en cuanto he salido a la calle.

Por el contrario, en las ocasiones en las que el resultado nos sorprende gratamente, decimos que nos ha salido pez. Aunque es una expresión menos utilizada, su origen es el mismo.

Ejemplos:

Se compró un reloj barato, harta de gastarse dinero en relojes que no le duraban nada y este le ha salido pez. 

Nadie apostaba un duro cuando se presentó a la competición y al final le ha salido pez a su sponsor.