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Victoria pírrica

Significado de la expresión

victoria pírrica

Una victoria pírrica es una expresión que se utiliza para describir un éxito o triunfo logrado con un alto costo que resulta prácticamente equivalente a una derrota y, de alguna manera, desfavorable.

Concretamente, esa victoria supone unas consecuencias negativas a pesar de haber ganado. Por ejemplo, las pérdidas humanas, materiales o emocionales son significativas, por lo que ese éxito podría ser cuestionado.

 

Ejemplos

—Al final consiguieron una financiación para su proyecto de manera pírrica, porque los costos superaron a los beneficios.
—Las tropas vencieron la batalla pero acabaron exhaustas y sin suministros, una victoria pírrica que no les permitió seguir avanzando en la guerra.
—Después de años de litigio, consiguió la custodia de sus hijos, pero la relación con ellos quedó tan dañada que fue una victoria pírrica.
—Tras la huelga conseguimos un aumento salarial, pero al haber cerrado la fábrica tanto tiempo despidieron a la mitad de los empleados, así que fue una auténtica victoria pírrica.
—El equipo logró vencer a su rival en la segunda parte de la prórroga de las semifinales, pero fue una victoria pírrica, ya que las lesiones de varios jugadores clave ponen en serio riesgo sus posibilidades de ganar la final.

Origen

Victoria pírrica

El diccionario de la RAE nos dice que pírrico viene del griego Πυρρικός Pyrrikós ‘de Pirro’, por alusión a Pirro, rey de Epiro, que derrotó en el año 279 a. C. a los romanos en Ásculo, pero a costa de sufrir numerosísimas bajas. Y es un adjetivo que significa:

1. Dicho de un triunfo o de una victoria: Obtenidos con más daño del vencedor que del vencido

2. Conseguido con mucho trabajo o por un margen muy pequeño.

3. De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado.

Volviendo al origen histórico de la expresión, el rey Pirro de Epiro logró varias victorias costosas contra los romanos en la batalla de Heraclea (280 a. C.) y en la de Ásculo (279 a. C.) durante las Guerras Pírricas.

A pesar de que los romanos sufrieron más bajas que los griegos, su capacidad para reemplazar las bajas superó con creces la de Pirro, quien perdió miles de soldados insustituibles. Se dice que ante tal escenario, Pirro expresó: «Con otra victoria como esta estoy perdido».