Significado de la expresión
Muchas veces vamos a decir algo en medio de una conversación y de repente se nos olvida, o nos dirigimos a hacer algo y de pronto nos quedamos en blanco. A esto le llamamos «irse el santo al cielo», cuando tienes algo en lo que estás pensando y de golpe y porrazo desaparece de tus pensamientos.
De manera muy coloquial diremos «que se nos ha pirado», o «que nos hemos quedado pillados»…, pero de manera más formal podremos decir que «se nos ha ido el santo al cielo»:
Sabía que tenía que decirte algo pero se me ha ido el santo al cielo…
He ido a la cocina a por algo y no sé a qué, se me ha ido el santo al cielo…
Origen de la expresión
El origen viene de una curiosa anécdota en la historia, pero no se sabe la época ni el lugar, lo único que se sabe es que procede del mundo religioso, concretamente de un despiste de un cura o predicador en el momento del sermón.
Ofreciendo éste un discurso a los fieles sobre la vida y obras de algún santo, de repente olvidó el nombre del santo en cuestión, pero para salir del paso dijo bromeando que se le había ido el santo al cielo, como si el santo hubiese salido de su cabeza para ascender a los cielos antes de terminar la plática.
De esa manera la expresión se hizo conocida y se fue extendiendo hasta nuestros días.
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