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¡Eureka!

Significado de la expresión "¡Eureka!"

eureka

Eureka es una palabra proveniente del griego εὕρηκα (héurēka), que traducido al español significa algo así como «lo he descubierto» o «lo he encontrado» (heurisko es el verbo descubrir).

También es conocido el efecto eureka como visión o epifanía. Se trata de ese momento en el nos encontramos ante algún problema imposible de comprender o de resolver, y de repente encontramos una clara y evidente solución. Esta transición de incertidumbre al descubrimiento con cierta sensación de alegría se conoce como efecto eureka.

Es una expresión en desuso que se utiliza en el lenguaje culto para celebrar el descubrimiento o hallazgo de algo que se busca con ahínco.

Origen de la expresión

¡Eureka! Arquimedes

Esta expresión es atribuida al matemático griego Arquímedes de Siracusa que, al descubrir lo que ahora se conoce como Principio de Arquímedes, espetó en voz alta «¡Eureka!» .

Arquímedes (siglo III a.C), además de matemático, fue físico, ingeniero, astrónomo, inventor y filósofo.

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DICE LA LEYENDA…

Cuenta la leyenda que Arquímedes era tan conocido que fue llamado por el rey tirano Hierón II para que resolviese un enigma que atañía al orfebre real a vida o muerte. 

El rey concedió uno de sus lingotes de oro para que le fabricasen una corona pero era tan receloso que desconfiaba de si habían utilizado todo el oro íntegramente o lo habían mezclado con plata para vender el resto del oro.

A Arquímedes, conocido no solo por genio sino también por honradez, se le tenía como persona muy respetable. Así que el rey le encomendó la tarea de demostrar si el orfebre le había engañado. Si había sido honesto quedaría libre, de lo contrario sería castigado bajo pena de muerte.

Por aquellos tiempos ya se conocía la relación entre peso y volumen y así poder distinguir los distintos metales, pero haría falta otro método para poder medir una pieza como aquella corona.

En aquella época era bastante común entrar en los baños públicos y sumergirse en agua caliente. Arquímedes, que gozaba de una buena posición social, lo hacía a menudo mientras le daba vueltas a sus ideas en busca de deducciones… y de repente un día en uno de estos baños se dio cuenta de que mientras se sumergía en la bañera, el nivel del agua subía. Tal fue su felicidad que salió de los baños gritando «¡Eureka! ¡Eurekaaaa!» habiendo olvidado tapar sus vergüenzas con la túnica.

De esta manera demostró al rey que el orfebre le había engañado ya que no correspondía el peso de la corona con el del lingote de oro inicial.

De todas formas, se trata de una leyenda, de lo único que hay constancia en documentos escritos es del Principio de Arquímedes.  

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