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Para gustos, los colores

Significado de la expresión

para gustos, los colores

Para gustos, los colores es una expresión o dicho popular que se utiliza para expresar la idea de que cada persona tiene sus propios gustos y preferencias, y que lo que a una persona le gusta, puede no ser del agrado de otra. En otras palabras, se reconoce la diversidad de opiniones y preferencias en cuestiones de gustos, y es que no hay un estándar único o absoluto en cuanto a lo que es bueno o atractivo.

Decimos esta expresión comúnmente para sugerir que no hay argumento objetivo para discutir sobre gustos personales, ya que cada persona tenemos nuestras propias percepciones y preferencias. Por lo tanto, se utiliza para fomentar la tolerancia y el respeto hacia las diferencias individuales, ya sea en arte, comida, música, estilo, cine, ropa, etc.

Ejemplos:

—No sé a quién le puede gustar la pizza con piña, pero bueno, para gustos, los colores.
—La película te parecerá un bodrio pero a mi me está gustando. Hay quien me la ha recomendado y hay quien opina como tú, para gustos, los colores.
—No entiende por qué me pongo estos pantalones con esta camisa, dice que no pegan, pero para gustos, los colores, y a mí me gusta.

Origen de la expresión

para gustos, los colores

Existen infinidad de colores. Sabemos que en el arcoíris hay 7, 3 son los colores primarios, 12 los colores básicos del círculo cromático pero pueden ser también representados 24 o 48, otros 3 o 6 son los secundarios dependiendo de si el modelo de color es aditivo o sustractivo…etc.

No hay un número exacto de colores existentes en la naturaleza, es infinito y además puede variar según la percepción del observador y los factores que afecten a esa percepción como el brillo, la saturación, la tonalidad, etc.

Si vamos al origen de esta expresión nos topamos con su etimología latina De gustibus non est disputandum”, que significa sobre gustos no se disputa, es decir, sobre gustos no hay nada escrito o para gustos, los colores, discutir sobre ello es tontería.

Esta breve sentencia no nos la dejó el legado romano en su paso por la Península Ibérica durante casi 700 años, ya que es una invención más tardía, probablemente durante la Edad Media debido a que en la época clásica no se hubiera escrito la oración con aquellas palabras exactamente. Después de algún tiempo alguien añadió “De gustibus et coloribus non est disputandum”.

para gustos, los colores

Como curiosidad, al hilo de esta expresión, quiero mencionar la famosa frase de Clint Eastwood en la película La lista negra:

 "...bueno, las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno".

Una de las teorías sobre el origen de esta expresión que he encontrado en internet no la encuentro muy veraz pero sí graciosa (al menos a mí, para gustos los colores), es la historia de una excéntrica familia sueca afincada en el Madrid del siglo VIII que se dedicaba a la pintura y carecía de vida social. El padre era un tal Jesper Edborg, 

Olaf, el hijo mayor, no comía lechuga ni espinacas por ser de color verde. Cuando murió su padre y fue leído públicamente su testamento descubrieron lo siguiente: “Lego todas mis pertenencias que no aparezcan en este testamento a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Esta es la dotación que lego a mis hijos: a Olaf dejo mis corbatas amarillas y mis calzas con agujeros; después, a Gabriel mis poemas inacabados con la obligación de terminarlos con plumas de oca francesa; en definitiva, para Gustovs los colores”. Esto provocó la risa entre los asistentes y la furiosa salida de sus hijos, los Edborg, de la Academia.