Significado de la expresión
Cuando decimos que alguien está dorando la píldora nos referimos a que está suavizando, quitándole hierro a un asunto, suavizando una mala noticia.
Píldora, del latín pilŭla, (de aquí viene llamar pirulas a las pastillas) diminutivo de pila, «bola». Según el diccionario de la RAE, se trata de una bola pequeña que se hace mezclando un medicamento con un excipiente adecuado para ser administrado por vía oral.
Dorar, del latín deaurāre, cubrir con oro o con otra sustancia parecida la superficie de algo, tostar ligeramente algo de comer.
Si le tenemos que dar a alguien malas noticias tratando de evitar que puedan hacerle daño, o si queremos obtener un favor de alguien pintándole más bonita la realidad de una situación, lo que hacemos es dorar la píldora.
Por ejemplo:
Sabían de buena tinta que dorándole la píldora al jefe podrían conservar su puesto de trabajo.
Tengo que llevar al niño al dentista… le he dorado la píldora, le he dicho que el próximo fin de semana le llevamos al parque de atracciones.
Aunque estés castigado, yo creo que si le doras la píldora a tus padres, quizá te dejen salir.
Si le doro la píldora a mi mujer yo creo que al final me podré comprar el coche que quiero.
Origen de la expresión
Antiguamente los medicamentos no los hacían industrias multinacionales farmacéuticas, sino el boticario.
Hasta el siglo XVII el boticario (del griego apothecario, que viene de apotheka, almacén o tienda de víveres) era el responsable de la farmacia o botica, siendo maestro con titulación, el boticario preparaba los remedios que prescribían los médicos.
El boticario no solo preparaba los medicamentos para curar enfermedades sino que también conseguía disfrazar los sabores poco agradables.
Para poder quitarle el sabor amargo a algunas pastillas, lo que hacían era bañarlas en una sustancia dulce y luego la fijaban y secaban al fuego, formando una costra al dorarla. De ahí viene el origen de la expresión que utilizamos hoy en día para referirnos a alguien que endulza con palabras una situación.
En inglés, para referirse a lo mismo, dicen algo así como «soften the blow», que significa «suavizar el golpe».