Montar un pollo

Seguramente habrás visto alguna vez cómo se montaba un pollo, que quiere decir armarse un lío, desorden, jaleo o desencadenar una discusión, pero a partir de ahora sabrás de dónde viene esta expresión.

Montar o armar escándalo es hacer ruido, alboroto… y montar un pifostio es una expresión coloquial que usamos en España cuando queremos explicar una situación de confusión o desorden, normalmente generada por alguna disputa o reclamación.

También decimos montar un follón cuando queremos decir que hay desorden, alboroto, enredo, complicaciones, discusión tumultuosa…

También decimos armarse un cirio o montarse un cristo.

Menudo pollo se ha montado en la puerta del centro comercial.

En el puente de diciembre siempre se montan follones en el centro de la capital.

¿Cuál es el origen de la expresión montar un pollo?

Pues viene del “poyo”, que era un banco de piedra junto a la pared que se ponía junto a las puertas de las casas de los pueblos.

La etimología de la palabra viene del latín podium, que era el pedestal portátil al que se subían los oradores en el siglo XIX en las plazas concurridas y parques para pronunciar discursos que a veces terminaban en polémicas y encendidas discusiones porque atacaban verbalmente a otro partido y se encontraban con oradores y oyentes del otro partido en estos sitios públicos.
Esta tribuna se llamaba “poyo” (podium) y era tan común el follón que se montaba en numerosas ocasiones que de ahí el dicho “montar un pollo”.