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No se le ocurre ni al que asó la manteca

Significado de la expresión

no se le ocurre ni al que asó la manteca

Cuando decimos que algo no se le ocurre ni al que asó la manteca queremos decir que ha sido una idea de bombero, algo poco ingenioso, necio, torpe, un planteamiento absurdo, ridículo.

El diccionario de la RAE define la expresión como locución sustantiva: personaje proverbial que simboliza a la persona que obra o discurre neciamente.

Ejemplos:

¿Cómo cortas el jamón con un cuchillo de sierra? Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca.
Ha metido un huevo en el microondas para cocerlo y ha estallado, no se le ocurre ni al que asó la manteca.

Origen de la expresión

no se le ocurre ni al que asó la manteca

Asar significa hacer que un manjar crudo llegue a estar en disposición de poderse comer,
teniéndolo expuesto a la acción del fuego o del aire caldeado, y a veces rociándolo con grasa o con algún líquido.

Manteca es la grasa extraída de la leche de algunos animales (vaca, oveja) o de la gordura de algunos animales (cerdo), también presente en algunos frutos (cacao).

Puesto que se trata de un producto que con el calor se derrite (mantequilla), el hecho de asar la manteca no es como asar carne, pescado o patatas. Cierto es, que se puede utilizar la manteca en un asado, pero el dicho se refiere al hecho de asar la manteca como tal, cuyo resultado es un liquido aceitoso.

En resumen, esta expresión nos dice que un personaje inexistente tuvo una “genial” idea, como el que tiene una idea absurda, estúpida. Por eso, cuando decimos “eso no se le ocurre ni al que asó la manteca” queremos decir que esa persona es aún más necia que el personaje proverbial.